miércoles, 25 de noviembre de 2009

incumbencias profesionales



psicólogo, psicoterapeuta, terapeuta, psicoanalista, coach, consultor psicológico, psicólogo social... como diría el viejo y querido Perls: elephant shit!!!
Hoy no me levanté con alma de diccionario, pensé, pero algo quería decirles a los estudiantes.
En países con legislaciones duras, dije finalmente, cada rol está específicamente definido y legislado en su campo de competencias.  Son muy estrictos con eso. En Estados Unidos, por ejemplo, no podríamos hacer terapia con nuestro título, necesitaríamos otra certificación más.
En cambio en países con legislaciones blandas como el nuestro, lo cierto es que cualquiera puede hacer lo que se le cante.

Adoro las legislaciones duras y las cosas claras y definidas, pensé, y adoro también las legislaciones blandas que dan espacio a lo nuevo.



Pero no se olviden, dije, y dije lo único que me importaba decir, que lo más importante de todo es que más allá del nombre que nos pongamos (psicólogos, analistas, terapeutas, counselors, coaches), todos somos herederos de un tradición milenaria:
nuestros ancestros fueron los chamanes, los sacerdotes, los sanadores, los brujos y brujas, los grandes magos... cualquiera sea el nombre que en cada época se acostumbró usar.
Somo herederos de una tradición milenaria, piensen en eso... el resto es packaging.

NO TODO CIERRA CON MOÑO



cuando yo era estudiante de psicología,
Lacán era practicamente un desconocido en la universidad
un recién llegado, una moda rara
Melanie Klein se enseñoreaba con su pecho bueno y su pecho malo
y los manuales de diagnóstico eran casi malas palabras
ni DSM V ni IV ni IIIR ni III ni nada de nada
la terapia cognitiva (que es lo que hoy sos cuando no sos lacaniano) no existía
y la homosexualidad
 se diagnosticaba como una perversión sexual que se estudiaba en las clases de psicopatología...


es verdad: yo estudié en otro siglo,
en otro milenio, a decir verdad.

PREGUNTAS EN CLASE

una alumna en la univesidad me preguntó: profe, ¿que es un counselor?
y otro: y un coach?
y un consejero?
y de pronto preguntas como cataratas ¿en qué se diferencia un psicólogo de un psicólogo social?
¿y un terapeuta de un psicoterapeuta?
¿y un psicoanalista?
¿qué hace un consultor psicológico?
¿una psicopedagoga puede hacer terapia?
alguien comentó con ganas de esclarecer: los counselor pueden trabajar con personas sanas y si detectan patología lo tienen que derivar a un psicólogo
y otro: lo mismo dicen los psicólogos sociales, andá a creerles
¿y entonces los psicólogos no pueden atender personas sanas acaso?, dijo alguien
¿qué son personas sanas?
neuróticos, boludo!... perdón profe...
ah, dijo uno como enterándose, así que no hay personas sanas, todos somos neuróticos
y si no hay personas sanas... entonces con quiénes trabajan los counselors?
los coaches?
los psicólogos sociales?



Me encanta que los alumnos se hagan esas preguntas, a veces me parece mentira que estén en el último año de la carrera, pero me encanta, me gusta pensar que no han sido completamente adoctrinados, que sus conocimientos hacen agua, que hay fallas, que no todo cierra con moño...

viernes, 6 de noviembre de 2009

COACHING-TERAPIA-ESPUMA DE LIMÓN

La proliferación de técnicas cada vez más ultranovedosas de terapia, coaching y crecimiento personal me hacen acordar a la proliferación de yogures en las góndolas de los supermercados.

Como ellos, navegan por los canales del mercadeo más que abrevar en las aguas esenciales que hacen a la sanación y la evolución de la conciencia.

Como los yogures, sus envases son cada vez más vistosos, sus nombres cada vez más raros, los sabores cada vez más extravagantes… pero de yogur y de la fruta que prometen van teniendo cada vez menos.

Y no digo que no son ricos: ya confesé en un post anterior mi adicción a una espumita de limón en envase azul precioso, llena de burbjitas, con dudoso yogur y más dudoso limón.
Y no digo que no alimenten… que , vamos, algún nutriente también deben tener.

AMOR Y CAFÉ VERDADEROS

Con relación al post anterior "La máquina de café" (episodio de la vida real basado en mi propia vivencia de...  una vez hace muchos años y en un cierto lugar que prefiero no nombrar... simplemente porque quiero mucho mucho a toda esa gente), me vino este pensamiento iluminador y abrumador.

Lo leí hace poco y no me acuerdo dónde:
"Lo difícil no es distinguir lo bueno de lo malo, eso es muy sencillo... lo realmente difícil consiste en distinguir lo verdaderamente bueno de lo que aparenta ser verdaderamente bueno"
Pensar en eso me hizo temblar, literalmente.

LA MÁQUINA DE CAFÉ

Cuando en la pequeña consultora pusieron la máquina de café para que todo el mundo pudiera usarla —y lo hicieron de onda, de buena gente, de gente amorosa—, el café era café, la onda era onda y el amor era amor.

Cuando en la pequeña consultora decidieron comprar una máquina de café más moderna para que todo el mundo pudiera usarla —y lo hicieron como "una acción de marketing orientada en la Política de Satisfacción Total del Cliente”— el café dejó de ser café, la onda dejó de ser onda, y el amor dejó de ser amor.

lunes, 2 de noviembre de 2009

MEDITACIÓN


Puedo complejizar lo simple.
Encontrarle el pelo al huevo, la quinta pata al gato, construir edificios de argumentaciones sobre arenas movedizas, racionalizar hasta el hartazgo, intelectualizar hasta el sinsentido. Psicoanalizar como quién pedalea en bicicleta fija llegando a ninguna parte.

Puedo simplificar lo complejo.
Navegar un mundo chato de modelos simples y básicos. Todo explicado en tres pasos, clarísimo como el agua, que cualquiera pueda comprenderlo —como decía el zar de la televisión:”si querés que un programa sea exitoso, imaginá televidentes con mentalidad de cuatro años—. Todo blanco o negro, todo predecible, sin matices, sin profundidades, sin misterios, sin inexplicables…

Y también puedo hacer silencio…
prender mi pipa…
deleitarme en la majestuosa complejidad de lo simple…
en la absoluta simplicidad de lo complejo…
y quedarme tranquilito…
sin tener que hacer nada con todo eso.