viernes, 6 de noviembre de 2009

LA MÁQUINA DE CAFÉ

Cuando en la pequeña consultora pusieron la máquina de café para que todo el mundo pudiera usarla —y lo hicieron de onda, de buena gente, de gente amorosa—, el café era café, la onda era onda y el amor era amor.

Cuando en la pequeña consultora decidieron comprar una máquina de café más moderna para que todo el mundo pudiera usarla —y lo hicieron como "una acción de marketing orientada en la Política de Satisfacción Total del Cliente”— el café dejó de ser café, la onda dejó de ser onda, y el amor dejó de ser amor.

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