Casi un año me llevó darme cuenta de qué quiero con este blog.
Escribir lo que se me cante.
También descubrí una estrategia de marketing: pararme como un loco en la plaza y empezar a hablar, ya vendrán interesados en escucharme.
Lo que sí, me va a costar un huevo: no se si sabré desprenderme del lenguaje acartonado-científico-terapéutico-docente que se me ha pegado durante los últimos veinticinco años.
Y lo mejor de todo: ¡¡¡hasta descubra que tengo algo verdadero para decir!!!
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