miércoles, 21 de octubre de 2009

TERAPIA O MAGIA III

La PNL prometía aportar recursos a las personas interesadas en construir un mundo cada vez mejor, un mundo que valiera la pena ser vivido tanto en lo personal como en lo familiar, lo laboral y lo social.
Para los primeros practicantes de PNL, un mundo mejor, un mundo que valiera la pena ser vivido, incluía las ideas de libertad, de autonomía de las personas, de crecimiento y desarrollo personal, de responsabilidad por el propio destino, de liberación de los condicionamientos políticos, familiares y religiosos, de pragmatismo en oposición a un racionalismo estéril, de realización personal, de exploración de nuevas formas de vivir las relaciones entre las personas en la pareja, la familia, las organizaciones y la sociedad en general.
Por supuesto, después de treinta años, es fácil observar la cara oscura del proceso de desarrollo y expansión de este modelo: muchos practicantes cayeron en un exceso de individualismo, de inflación del ego manipulador, y de pragmatismo superficial. La búsqueda de soluciones fáciles que pretendían evitar el dolor como parte ineludible de la existencia humana podía resultar en una pérdida del alma.

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